Tu actitud en el proceso de venta, incide en el resultado que obtendrás.

79 Vistas
17 Ene 2013

Quién de nosotros no ha llegado a una tienda departamental con necesidad de encontrar algo en específico, que no sabemos donde lo tienen colocado, para encontrarnos frente a frente con un vendedor mal humorado que no esta dispuesto a apoyarnos para encontrar lo que estamos buscando y se limita a decirnos esta por ahí señalando a lo lejos un estante.

actitud1
Gran diferencia a cuando llegamos a la tienda con ganas de simplemente contemplar lo que hay ahí, pero sin ninguna necesidad específica de momento y nos encontramos con un vendedor que nos saluda amablemente, empieza a acompañarnos por la tienda y nos va mostrando prendas que pudieran ir con la forma de vestir que llevamos y poco a poco va obteniendo información hasta lograr vendernos algo que no estábamos buscando y a lo mejor ni siquiera lo requerimos.

La diferencia entre ambos ejemplos es la actitud.

La vida diaria es como la marea (Og Mandino)

La frase de Og Mandino ilustra que a veces estamos en alto, felices, llenos de energía, animosos y entusiastas. Por otro lado a veces amanecemos cansados, hartos, sin muchas ganas de llevar a cabo las tareas que se nos presenten, así es la vida, pero siempre podemos cambiar nuestra actitud y dar lo mejor de nosotros mismos, para que las cosas fluyan de mejor manera.

En el proceso de ventas es tu responsabilidad dar lo mejor de ti durante el mismo. Tu buscaste al prospecto, analizaste sus necesidades, buscaste a la persona clave para poder cerrar la venta, realizaste una extraordinaria presentación de ventas, pero justo antes de llegar a la cita de cierre, algo pasa que te pone de malas y llegas con mala actitud, en ese momento todo tu esfuerzo no será percibido de manera adecuada por tu prospecto.

Previo iniciar el proceso de ventas, revisa tu actitud, recuerda un buen momento laboral donde hayas salido con una buena venta, analiza tu imagen, tu postura y prepárate para dar lo mejor de ti. En ese momento se te debe olvidar  si debes la renta, si te molestaste con tu cónyuge, si te quiere dar gripa, etc. Ten una actitud mental ganadora y lograrás tu objetivo.

Tal vez no puedas cambiar los acontecimientos pero si tu actitud hacia lo que pasa.