Analiza lo que piensas

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21 Nov 2016

Todo el tiempo estamos pensando, pero pocas veces ponemos atención a lo que estamos pensando, revisa lo que te estás diciendo.

Hay una sola persona a la que no podemos engañar y esa persona somos nosotros mismos. Muchas personas van por la vida dando su mejor cara al mundo, jamás se quejan de que las cosas no vayan bien,  dan las mejores noticias con respecto al trabajo y su familia, pero por dentro su conversación con ellos mismos no es congruente con lo que dicen al resto de las personas. La cantidad de pensamientos que tenemos  durante el día es impresionante, pero  no estamos al tanto  de estos pensamientos, simplemente los dejamos correr sin poner atención a la conversación mental que sostenemos con nosotros mismos.

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Se dice que una mentira repetida miles de veces se vuelva una verdad, por lo menos para la persona que se la repite. No importa lo exitoso que seas ni las veces que te hayan felicitado por tu trabajo, si te la pasas diciéndote cosas como no sirvo para nada,  soy un idiota,  nadie me entiende, no valoran lo que hago, invariablemente me va mal, seguro las cosas no saldrán bien, otra vez voy a fracasar, etc. De tanto que te lo repites te lo estas creyendo y por lo mismo estas actuando en ese sentido.

Si te das cuenta que te estas hiriendo con tus pensamientos, cámbialos de inmediato, conforme te hagas consciente de lo que piensas será más fácil.

Por supuesto hacer cosas difíciles conlleva tiempo, dedicación, práctica, confianza y seguridad en que se puede lograr. Por ejemplo cuando empezaste a caminar, te tropezaste muchísimas veces, pero quienes te rodeaban te levantaban y te animaban y apoyaban a volver a intentarlo. Así poco a poco a pesar de los fracasos temporales seguiste intentándolo hasta  que lograste dominar el caminar. Por supuesto que  durante tu vida corres el riesgo de caerte y si te llega a pasar es muy probable que te reproches lo torpe que eres ( de menos) pero no te acuerdas de cuando empezaste a caminar y todas las veces que tropezaste y que jamás pusiste en duda tu capacidad de caminar.

Conforme vayas teniendo cuidado en lo que te dices a ti mismo y como te lo dices te quedará claro que te has venido convirtiendo en tu peor enemigo, en el juez más rudo que puedes tener, poniendo en duda incluso  los halagos que te puedan dar terceros. Un ejemplo de lo difícil que es para muchos de nosotros  aceptar cuando se habla bien de nosotros es cuando alguien nos halaga. Por ejemplo te dicen que buen trabajo hiciste y tú en vez de simplemente decir gracias y aceptar el merecido halago buscas pretextos,  “bueno… pudo haber sido mejor” “creo que no está al 100%” “si hubiera tenido más tiempo podría haber realizado algo mejor”, etc. Tú mismo saboteas  lo que honestamente te dicen otras personas y conforme te vayas dando cuenta de las cosas que te dices a ti mismo te va a quedar claro porque  no eres capaz de aceptar un halago desinteresado de alguien.

La buena noticia ante este escenario es que puedes empezar a cambiar en el momento que te lo propongas, lo primero que tienes que hacer es tener la disposición a estar atento a tus pensamientos. Analiza qué y cómo te lo dices en todo momento. Un ejercicio que a mí me gusta hacer en mi casa es el siguiente, cada que alguno de los miembros de la familia hablamos mal de alguien, de inmediato le pedimos que nos diga 3 cosas buenas de esa persona, de esta manera podemos entender que  cualquiera puede cometer un error o comportarse de una manera que a nosotros no nos parece correcta, pero por el otro lado sabemos que como contrapeso las personas tienen muchas virtudes. Haz lo mismo contigo, cada que te critiques algo que no te parece bien de ti, coméntate sobre 3 cosas buenas que tienes o haces, así te haces consciente de lo que te dices y de todo lo bueno que tienes. Si lo quieres hacer aún más completo trata de no repetir en varios días ninguna de las cosas buenas que te hayas dicho, así te mantendrás constantemente buscándote cosas buenas que tienes y créeme que son muchas.

Un ejercicio muy bueno es hacer una lista de logros. Ve añadiendo a tu lista los diferentes logros que te acuerdes que hayas tenido, conforme vayas avanzando en tu listas te acordarás de muchos más logros que has tenido. Piensa en logros personales, escolares, deportivos,  de trabajo, familiares. Durante tu vida has tenido infinidad de logros y no has sido capaz de verlos y felicitarte por ellos. Por otro lado ve haciendo una lista de cosas que quieras realizar, hay niveles en este ejercicio,  cosas sencillas, medio complicadas y lo que sería tu cubeta de deseos, por ejemplo quiero  tener el hábito de hacer ejercicio 3 veces por semana (sencillo), voy a entrenar para un medio maratón (medio complicada), voy a correr el medio maratón del día del padre en menos de 2 horas (cubeta de deseos). Para llegar a la meta más complicada, vas a tener que pasar por varios pasos de metas sencillas y medio complicadas.

Conforme te vayas haciendo consciente de que no eres amable contigo mismo y que muchas de las cosas que te suceden se deben a la falta de confianza en ti mismo vas a ir avanzando a la consolidación de una mejor relación contigo mismo.  Por otro lado conforme vayas documentando tus logros pasados, actuales y tus metas a corto, mediano y largo plazo te darás cuenta de que has perdido mucho tiempo al  no confiar en ti y ver  hacia más y mejores retos.

Créetelo, eres un gran ser humano, capaz de hacer grandes cosas,  lo único que falta es confiar en ti y caminar hacia nuevos y mejores logros.