Tu imagen hacia el mundo.

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10 Jul 2016

Se supone que las apariencias no importan, pero vivimos en una sociedad que juzga por la apariencia, ten cuidado con la tuya.

La imagen profesional que proyectamos  y el mensaje  que mandamos  a las personas con quienes interactuamos es muy importante como complemento a  lo que hacemos o vendemos. Conforme hemos avanzado en el tiempo cada vez la forma en que nos mostramos al mundo, es decir la forma en que nos vestimos, nos arreglamos, llevamos el cabello, etc. deja de ser tan importante como lo fue en el pasado, pero debemos de ser muy cuidadosos de no mandar un mensaje equivocado que no nos permita avanzar en nuestra carrera profesional.

imagen triunfadora

Hay ciertas actividades en donde al contratar a las personas buscamos que sean originales y creativas como podría ser el área de diseño gráfico, creativo de  agencia de publicidad, artista, entre otras. Aquí el hecho de que la persona que  contratemos sea fuera de lo convencional nos manda un mensaje de que salen del molde y si bien eso  no garantiza que vayan a ser exitosos nos da  la idea de que no temen ser diferentes. Por otro lado si tenemos una grave enfermedad y buscamos al médico que nos va a salvar la vida lo que vamos a buscar es a un profesional de mediana edad, que tenga excelentes referencias, que  nos de la imagen de un  científico que se mantiene al día preparándose y  estudiando   y que la hablar  sobre nuestro problema de salud nos brinde confianza.

La primera imagen que damos a cada uno de nuestros clientes nos ayudará o nos limitará en el cierre de la venta.

Lo primero que debes de cuidar de tu imagen es  que sea congruente con  el producto o servicio que vendes. Si llegas a una casa funeraria a contratar  un servicio porque acaba de  fallecer un ser querido y te atiende  una persona que llega  riéndose, vestida en colores vivos y que no muestra respeto por el momento que estás viviendo, es poco probable que contrates ahí el servicio. Nada tiene de malo estar contento y vestir a la moda, pero definitivamente no es la imagen que quiere dar una funeraria.  Hay un dicho que dice que te vistas como lo que quieres llegar a ser y no como lo que eres en este momento. Brindar una imagen de éxito no es caro,  pero requiere que seas cuidadoso, pulcro y tengas presentes los pequeños detalles.

Pero la imagen que proyectas no es solo como te ven. Cuando saludes lo debes hacer con confianza, con un fuerte apretón de manos,  mirando a los ojos a tu interlocutor. Cuando hables hazlo con confianza, mostrando seguridad en tus palabras. Para tener la confianza de presentar tu producto o servicio debes estar capacitado, conocer lo que vendes, conocer a la competencia, conocer a tu cliente y de esa manera hablar con seguridad y que tus clientes lo perciban. Tus presentaciones y  propuestas de venta así como  los documentos, correos y papelería postventa que  intercambies con tus clientes debe estar bien redactada, ser clara de entender y  tener una buena imagen.

Hay ciertas  ventas de producto o servicios que requieren que el cliente logre establecer un vínculo de confianza para poder hacer la contratación. Esa confianza se gana  en los hechos,  si lo que vas a manejar es algo privado de tu cliente como puede ser su patrimonio, contabilidad, recursos monetarios,  problemas legales, entre otros, debes cuidar mucho nunca hablar de otros clientes, que en tu oficina no haya documentos confidenciales a la vista de terceros, firmar convenios de confidencialidad, hacer trajes a la medida de las necesidades de tus clientes y por supuesto mostrarte como un profesional confiable.

La confianza  no se obtiene de golpe por parte de los clientes, poco a poco van  probando el servicio que das, que seas congruente entre lo que ofreces y lo que  finalmente  haces, que  tu compañía cumpla con lo que te comprometiste. Va pasando el tiempo y se van  haciendo más fuertes los lazos de confianza, lo que apoyará a que te recomienden y  te mantengan como su proveedor a largo plazo. Más adelante te puedes convertir en un consejero valioso para la empresa, pero  si no logras establecer el primer vínculo de confianza nada pasará. Esmérate en ser bien percibido.

Las relaciones a largo plazo se sustentan en confianza mutua, reconocimiento al  trabajo que se realiza y excelente servicio.