Fin de un año atípico

11 Vistas
22 Dic 2020

Cuando hay dificultades, cuando debemos adaptarnos a una realidad que no habíamos previsto, cuando somos capaces de sortear la adversidad es cuando crecemos, aunque no estemos cómodos.

Estamos cerrando un año donde han pasado cosas que no se tenían previstas, donde todo el mundo se ha visto afectado por una crisis sanitaria que desató en muchas regiones del mundo problemas económicos, que incluso provocó en algunos países aislados tensiones políticas y revueltas sociales. Un año donde muchas importantes industrias se vieron gravemente afectadas como por ejemplo el turismo.

Los ciclos nos permiten ver inicios y finales. Desde el mes de abril ya estábamos con ansias esperando que terminara el 2020 como si al sonar las 12 de la noche del 31 de Diciembre al inicio del 2021 las cosas fueran a cambiar mágicamente. Hay que tener claro que el problema persiste, que el próximo año va a ser similar en muchas cosas al actual, pero donde estaremos más adaptados para enfrentar lo que venga.

El cambio es lo único constante en la vida, la capacidad de adaptación es la que nos permite seguir adelante encontrando soluciones creativas ante nuevos retos.

Este ha sido un año de muchas enseñanzas. En principio nos quitó la seguridad que habíamos tenido durante tantos años de que el ser humano es una especie superior que solo se puede destruir a si misma. Un enemigo invisible ha venido a poner en jaque a todos los países del mundo y ha cambiado la manera de convivir y trabajar para buscar salvaguardar la salud de las personas. Por supuesto conforme pasa el tiempo vamos conociendo un poco más al enemigo al que nos enfrentamos y  vamos encontrando como enfrentarlo a través del desarrollo de vacunas y probando diferentes fármacos hasta encontrar el que resulta ser más  efectivo en tratar la nueva enfermedad.

Pero este año aprendimos lo que era verdaderamente valioso, el dinero no servía de mucho ya que no había donde gastarlo, tener un carro caro y bonito tampoco ayudó porque la mejor manera de protegernos era mantenernos en casa. Este problema nos vino a enseñar que lo realmente importante es tener un  techo donde protegernos, comida en la mesa para poder alimentarnos, el valor de la familia con quienes hemos podido pasar mucho tiempo, apreciar la importancia de las relaciones y las muestras de afecto al no poder estar con amigos y familiares que no viven con nosotros.

Y por supuesto en la parte laboral nos enseñó la bendición que significa tener un trabajo, lo dichosos que somos de poder ir diariamente a trabajar y obtener un ingreso bien habido que nos permita vivir dignamente. Ese trabajo que en ocasiones no queremos hacer, que nos da flojera toma un sentido diferente ahora que hay escases de empleo, reducción de salarios, cierre de empresas y dificultad para generar ingresos.

Hoy entendemos que lo realmente importante en nuestras vidas no es lo material sino aquello que no se puede comprar como la salud, el amor y la tranquilidad.