Lecciones de un maratón parte 2

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10 Sep 2017

Los errores del pasado se vuelven lecciones en tanto no los vuelves a repetir y actúas de manera diferente para mejorar tu resultado.

El no haber podido terminar en mi primer intento por conquistar la distancia de un maratón  se convirtió en un reto para tomar revancha al año siguiente. Cuando las cosas no salen como uno desea hay que ponerse a trabajar de inmediato para revertir los resultados, con base en la premisa anterior decidí que el reto debería de ser el mismo, correr el maratón de la Ciudad de México en 2017. Durante los meses finales de 2016 me dediqué a mantener mi condición física, corrí alguna carreras de 5 y 10 km pero  establecí las metas de correr el medio maratón del rock and roll en marzo y el maratón en Agosto. Para ello empecé mi entrenamiento formalmente en Noviembre. Desafortunadamente tuve un par de lesiones en Diciembre y Febrero que no me permitieron correr el primer medio maratón en Marzo pero lo cambié por otro el 30 de abril y logré entrenar como me lo había propuesto modificando un poco las fechas. Hay ocasiones en que no se pueden llevar a cabo las cosas como se planificaron, en lugar de claudicar hay que buscar la manera de ajustar la planificación pero manteniendo la meta original.

La primera parte de mi meta que era una distancia que ya la había corrido en varias ocasiones fue fácil de lograr, de hecho me sentía más confiado y fuerte.  En ese momento sabía que esa era tan solo una meta intermedia, por lo que mentalmente estaba preparado para lograrlo con cierta facilidad. Los problemas llegaron cuando empecé a entrenar para el maratón, estuve haciendo entrenamientos que nunca antes había hecho y distancias mucho más largas que las habituales, si bien estaba siendo muy disciplinado, estaba acudiendo con una nutrióloga y llevaba varios kilos de menos, en resumen siempre hacía lo que me tocaba hacer, cuando terminaba las carreras largas los fines de semana no lograba entender cómo podría correr 42 kilómetros si terminaba agotado a los 28, 30 o 32. La mente me estaba jugando una mala pasada, tenía la fortaleza física pero había que trabajar con la fortaleza mental. Me apoye en grupos de maratonistas que me recomendaron 4 libros que me ayudaron a tener la fortaleza mental para enfrentar el reto. En muchas ocasiones el miedo al éxito es más fuerte que el miedo al fracaso, cuando la meta que nos proponemos es muy grande hay que prepararnos mentalmente para lograrlo.

Planifica por escenarios, en caso de que el entorno sea mejor o peor de lo planificado tendrás metas y acciones predeterminadas a seguir.

La convivencia diaria con nuestros compañeros de club, compañeros de trabajo, familia, conocidos etc,  viene acompañada de comentarios diversos, las personas que te quieren y te dan consejos con la finalidad de que ests bien, te comentan te veo muy flaco, te veo cansado, qué necesidad tienes de hacer eso?, ya estas grande para correr esa cantidad de kilómetros, etc. Los que ya lo hicieron alguna vez te impulsan, te platican su experiencia, lo difícil que les parecía y la felicidad que tuvieron al hacerlo, te brindan consejos y están al tanto de tus avances. El hecho es que la gente que te quiere va a tener ideas encontradas con respecto a la meta que te planteaste y te van a dar con amor su retroalimentación y por supuesto que en ocasiones te pones a pensar si es bueno lo que estás haciendo. Si estas determinado a lograr una meta en tu vida deberás de encargarte de ser tu principal motivador, enrolar a los que te rodean en que lo que quieres hacer es posible e importante en tu vida, no debes dudar y contagiar el entusiasmo de lo que significa lograr tu meta para ti.

Finalmente llegas a la última semana previa a la carrera has bajado tu ritmo de entrenamiento de manera importante, tratas de descansar y relajarte. Vas por tu número de corredor y te sientes empático con los demás, el día anterior a la carrera dejas todo preparado, el día de la carrera te levantas temprano, desayunas, revisas que no falte nada y te diriges a la línea de salida. Cuando has trabajado de manera importante por una meta, no debes dejar nada al azar, revisa que todo esté en orden para que puedas concentrarte en lograr el objetivo planteado.

Los meses que estuviste entrenando se van a resumir en las siguientes horas, a menos que seas un corredor de elite estarás corriendo entre 3 horas y media y 5 horas (o incluso un poco más) hasta llegar a la meta. En la salida estas ansioso por empezar, una vez que cruzas el arco de salida tienes en mente la meta y que nada te va a detener hasta llegar allá. Muchas cosas te van a pasar por la cabeza durante esas horas, vas a poder reflexionar mucho sobre lo que estás haciendo, vas a estar muy agradecido con  tus semejantes, con tu cuerpo, hay momentos en que estarás arrepentido de estar ahí, agotado, adolorido, pero poco a poco cruzando los  avisos de los kilómetros hasta que te acercas al kilómetro 42, ahí sabes que faltan unos cuantos metros, tienes la meta enfrente de ti y cuando la cruzas tienes un sentimiento que no se puede narrar, simplemente estas inmensamente feliz y satisfecho,  has logrado una meta enorme y lo lograste con  paciencia, disciplina, fortaleza mental y mucha fe en ti mismo. Los grandes objetivos que te propongas los puedes lograr siempre y cuando estés dispuesto a pagar el precio que conlleva lograrlos. No limites tus metas, busca cada vez hacer cosas más grandes ya que estas diseñado para lograrlo, el límite te lo pones tú.

Cuando logres una meta importante, date tiempo de disfrutar tu logro, comparte tu alegría con quienes te apoyaron a lograrlo.