Las mujeres

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08 Mar 2020

Los dones, el talento, la entrega, la sed de triunfo, las ganas de salir adelante, la capacidad de transformar, el ánimo y la entrega de resultados,  no tienen sexo, pero si tienen dueñ@.

No suelo escribir de temas personales, pero reflexionando sobre el día internacional de la mujer me doy cuenta que he tenido la suerte de estar rodeado muy de cerca por grandes mujeres. Mi mamá es una mujer que le gusta liderar con el ejemplo, hoy a sus  75 años trabaja diario, está al pendiente de su oficina, retroalimenta a sus empleados, impulsa a sus amigas a salir adelante. Pero lo más importante que me dio mi madre fue educarme de manera que no vea diferencias entre hombres y mujeres, haciéndome entender que el matrimonio es un equipo donde ambos deben aportar. Mi hermana me acompañó toda mi niñez y nos formamos juntos. En la casa no había diferencias por ser hombre o mujer a ambos se nos exigía por igual. Ella fue mi primer confidente, con ella aprendí que las mujeres tienen un punto de vista muy diferente al de los hombres y que sus aportaciones brindan otra visión de las cosas, durante mi vida laboral he tenido la suerte de colaborar con muchas mujeres suelo buscar su opinión y consejo, esta semilla la sembró Blanca en mi niñez.

Tuve la suerte de  disfrutar a mis abuelas por mucho años. Mi bisabuela falleció a los 85 años cuando yo tenía 16, en su cumpleaños solía invitar a sus hijos, nietos y bisnietos y cocinar lo que más les gustaba comer a ellos, su mejor festejo era ver felices a los más que quería, sin lugar a dudas de mi abuelita bis aprendí el amor a la familia. Mi abuelita Alicia la mamá de mi papá era una mujer de carácter muy fuerte, ella terminó sus estudios universitarios en una época donde las mujeres no estudiaban y fue trabajadora social. Ayudó a infinidad de personas y familias por medio de su trabajo, ella me enseñó el amor incondicional a los demás. Como anécdota ella nunca aprendió a nadar porque de niña le dijeron que moriría ahogada, yo quería pescar un pez vela y nadie me hacia caso, ella me invitó a Mazatlán, se subió a un bote conmigo y me llevo a pescar, superó su propio miedo para darme un gusto, siempre recordaré lo hizo por mi y su particular manera de amar, ruda, en ocasiones intolerante, pero viendo por los demás siempre. Mi abuela Esperanza fue la que más años me tocó vivirla, ella era una mujer dócil, no se complicaba la vida, pero fue nuestra compañera en la niñez, mi mamá pasaba por ella una vez a la semana y nos paseábamos juntos. Todas las veces que fui a su casa a comer me preparaba lo que me gustaba, era una mujer práctica que solía consentir a los que quería.

El respeto y la igualdad no deben ser enseñados con palabras, deben ser observados a través del ejemplo.

Marylupe mi compañera es en realidad mi mejor amiga, nos conocemos desde que tenemos 18 años y nos la seguimos pasando igual de bien juntos. Es una extraordinaria productora de televisión, los más de 20 años que trabajó en medios dejó huella con lo que hacía. Como pareja me ha apoyado en todas las decisiones que he tomado, siempre me impulsa, nos cuida y está al pendiente de que las cosas estén bien. Es fácil querer en las buenas pero Marylupe ha estado conmigo en todas, sobre todo en los momentos más difíciles de mi vida, es una amiga extraordinaria, siempre al pendiente de los demás, muy buena hija y excelente mamá. En el equipo que es nuestra familia, ella es el capitán, viendo por los jugadores y al pendiente de que logremos la meta. Mi hija Pilar llegó a enseñarme a ser papá, a entender el concepto de abundancia ya que cuando nació tenía una capacidad infinita de amarla, sin quitarle tantito amor al resto. Pilar a sus 20 años es un ser humano que se preocupa por los demás, quiere dedicar su vida profesional a ayudar a niños con problemas porque tiene ese don de conectarse con los demás, me ha dado grandes lecciones de vida. Fernanda es mi otra hija, que llegó a complementar la familia. Pareciera que se le facilitan las cosas, porque le suele ir muy bien en lo que hace, escuela, deportes, etc. Pero en realidad, en la privacidad de su casa, podemos ver como practica una y otra y otra vez hasta que las cosas le salen como ella espera. Es enfocada, disciplinada y divertida. Su tenacidad es la mejor lección que nos da a los que la rodeamos.

En mi vida profesional he tenido la oportunidad de interactuar con muchísimas mujeres. Si bien trabajo en ventas desde los 13 años, mi primer trabajo en una empresa que no fuera de la familia fue a los 19 años en Grupo Siete. Ahí mi primera jefa laboral fue una mujer, Adriana, ella me dio la confianza, me apoyó y lo más importante me impulsó lo que me permitió crecer rápidamente en esa organización donde tuve la suerte de ser directivo a muy corta edad. Tengo la suerte de trabajar con mujeres que son grandes líderes, que hacen un trabajo extraordinario y que su aporte es invaluable en la organización, me queda claro que si ellas no estuvieran la empresa sería muy diferente.

Hoy tengo la fortuna de ser el líder de una organización, reflexionando sobre el tema de género veo que estas mujeres de las que he hablado en los párrafos que anteceden al presente me han ayudado a formarme desde una perspectiva de equidad. Jamás en una búsqueda de talento laboral no he puesto sexo indistinto en el requerimiento, prácticamente la mitad de las personas  que conforman la empresa que dirijo son mujeres y la equidad está en todos los niveles jerárquicos. El foco no debe estar en el sexo de las personas sino en su capacidad, preparación y talento.

Busca trabajar en donde haya igualdad de oportunidades, ahí tus fortalezas y tu perseverancia te permitirán avanzar.