Joaquín, mi mentor

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31 Ene 2021

Uno confía en el líder cuando tiene claros los objetivos, sabe lo que se debe hacer para llegar ahí y trabajará en equipo para lograr lo que se propone.

Los últimos 22 años de mi carrera profesional tuve la suerte de caminar al lado de Joaquín Brockman, lo conocí cuando su aseguradora Quálitas tenía 5 años de haberse formado y poco a poco se ganaba un lugar en el mercado asegurador mexicano. Me llamó la atención la filosofía empresarial que tenía, se tomó el tiempo y con pasión me explicó la pirámide de servicio que es la base bajo la cual funciona la aseguradora. Esa pirámide que él diseñó es sencilla en su estructura pero es la gran diferencia entre Quálitas y el resto de las aseguradoras.

Todos los lunes hay una junta donde se reunen las diferentes áreas directivas de la empresa y se lleva una minuta con los puntos que se deben ir resolviendo en la sesión. Desde la primera junta a la que fui entendí que era ahí donde se tomaban las decisiones más importantes de la empresa, pero también era ahí donde podía ver a Joaquín principalmente y también a su socio Wilfrido Castillo diseñando la compañía. En esas juntas vi como lograba Quálitas llegar al primer lugar del ramo de autos en México, como se decidió que la compañía  se volviera pública, como crecían las oficinas de servicio, como se implementó el plan de las oficinas en desarrollo, como se buscó iniciar operaciones fuera de México, como se planteó hacer desarrollo de agentes y muchas cosas más, coberturas, productos. Cada semana frente a mis ojos veía la claridad mental para tomar las mejores decisiones, corregir los errores, modificar las estrategias y exigirse para mantener el rumbo.

Si la meta es llegar al primer lugar en el momento en que llegas cumpliste y no durarás ahí, cuando la meta es ser mejor que tú mismo, mantendrás el liderazgo y ampliarás la brecha con los que te siguen.

Una junta que me marcó y me enseñó como debe actuar el líder de una organización fue cuando tuvimos un problema muy grave  en la compañía, había sucedido el fin de semana y nos habían enterado del mismo. Joaquín no había subido aun a la junta y yo especulaba de quién había sido la culpa y las consecuencias que tendría el error. Cuando llegó Joaquín a la junta no se tomó ni un segundo para hablar de los responsables, tenía un documento con las instrucciones claras de lo que tenía que hacer cada quien para corregir el error. Ahí me di cuenta que como líder ante un problema no puedes perder tiempo buscando responsables sino toda tu energía debe invertirse en resolver el problema lo antes posible.

Pero la mejor versión de Joaquín sin lugar a dudas era cuando estaba con los agentes de seguros haciéndoles ver la ventaja de trabajar con Quálitas, escuchándolos y apuntando sus ideas que se usaban para mejorar la compañía y mejorar los productos. También acompañaba a los agentes a ver a los clientes, yo diría que prácticamente ningún Director General de aseguradora dedica la mayor parte de su tiempo en apoyar a sus agentes, eso hacía Joaquín y los agentes le eran incondicionales porque era un verdadero socio de negocio. A los que estamos a cargo de oficinas de la compañía siempre nos inculcó dar el mejor servicio, que nuestros colaboradores entendieran que el agente es lo más importante y que la cartera de clientes es de ellos y solo nos van a permitir servir a sus asegurados si hay confianza y son atendidos con calidad.

Durante los años que tuve la fortuna de trabajar con él, me fue brindando oportunidades. Me explicaba a detalle porque  me daba la oportunidad y me decía lo que  tenía que llevar a cabo para que pudiera tener éxito. La última gran oportunidad que me brindó fue poder ser cabeza en la subsidiaria de Perú, los 2 años que tuve la oportunidad de estar muy cerca de él durante la compra y arranque de la compañía en Perú estuvieron llenos de enseñanzas, ya no solo viendo el rol comercial sino la compañía en toda su estructura.  No era un líder fácil de complacer, exigía que estuvieras al pendiente de cada detalle de la organización, se enfocaba en lo que no veía bien más que en lo que se había avanzado y lograba sacar lo mejor de ti para dar el resultado que esperaba.

Joaquín nos dejó el viernes 29 de Enero, por supuesto la noticia me pegó durísimo. Tantos años de trabajo, tantos kilómetros recorridos, tantas enseñanzas y anécdotas. Pero agradezco que nuestros caminos se cruzaran, agradezco las oportunidades y agradezco todos sus consejos. Ahora desde mi trinchera honraré su memoria trabajando muy duro y haciendo que su legado perdure por muchos años.

Tus obras harán que perdures en la memoria de quienes te conocieron.