Rafting, ejemplo de trabajo en equipo.

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27 Ene 2019

El éxito de una misión requiere que todos los elementos del equipo realicen su trabajo y que el líder del equipo sepa coordinar los esfuerzos para lograr la meta.

Hace poco fui con mi familia y unos amigos a hacer rafting en un rio de Veracruz. En alguna ocasión hace muchos años ya había realizado esta prueba, pero en esta ocasión estuve atento a los pasos a seguir para poder llevar a cabo el descenso del rio y la experiencia fue muy enriquecedora ya que consiste en un verdadero trabajo en equipo.

El primer paso consiste en conformar los equipos, a las lanchas les caben 6 elementos y un guía, afortunadamente mi grupo era de seis, por lo que el grupo pudo ir en una sola lancha. Había grupos de 3 o 4 personas y grupos grandes de 8 personas, los líderes permitieron que los equipos de más de 6 personas decidieran a que compañeros dejaban ir en el resto de las lanchas. Fue interesante la toma de decisiones ya que por tratarse de una aventura familia dejaron ir a los más independientes.

Para que un equipo tenga un buen desempeño, se requiere que todos los elementos trabajen y que alguien los coordine para sacar el máximo provecho de la energía del equipo en determinada circunstancia.

Ya que estaban conformados los equipos nos explicaron lo que deberíamos de hacer, como se ponía uno el casco, como debía usarse el chaleco salvavidas, como se tomaba el remo, como se remaba hacía adelante, como se remaba hacia atrás, las medidas de seguridad, como podíamos subir a la lancha si nos caíamos, el equipo de apoyo que estaba en kayaks para apoyar en emergencias. En fin tuvimos una plática introductoria lo suficientemente larga para tener claro lo más elemental que se debería hacer y se repasaron a detalle las medidas de seguridad, como podíamos apoyar en caso de que alguien se cayera.

Para subir a la lancha nos propusieron que las 2 personas que mejor podían remar fueran adelante y distribuyeron el peso en la lancha. Así iniciamos la aventura. Al principio el guía nos pedía remar hacia delante, hacía atrás, que solo remara un lado de la lancha, el otro, en fin estaba cerciorándose de que entendimos lo que nos explicaron y a la vez conociendo a los miembros de su equipo. Nos quedo claro desde el primer momento que el guía era el capitán de la lancha y que hacerle caso era fundamental para que la experiencia fuera placentera.

Arrancamos río abajo, una gran lección es que el guía nos pedía remar cuando era necesario, pero cuando no era necesario descansábamos, de esa manera estábamos conservando energía ya que el trayecto nos tomaría casi 3 horas. Cuando llegábamos a los rápidos el guía nos dirigía en lo que había que hacer y en caso de que alguna lancha se quedará atorada el resto de las lanchas apoyaba. Es decir no estábamos compitiendo, éramos un gran equipo conformado por 7 lanchas que trabajaban en conjunto ya que la finalidad era que todos llegáramos a la meta.

Y así emprendimos el camino, hubo momentos donde se requirió mucha energía para poder salvar los obstáculos, los cuales trabajamos todos en conjunto para lograrlo, hubo otros momentos de esparcimiento donde nos relajamos, hubo un momento de descanso para recuperar fuerzas e hidratarnos. Pero al final el equipo completo logró el cometido, todos estábamos muy contentos y ya no éramos los desconocidos de 3 horas antes. No cabe duda que el trabajo en equipo logra que todos sus miembros se conviertan en unidad.

Un buen liderazgo, el esfuerzo personal y la mente fija en la meta común son los ingredientes de un equipo triunfador.