La maternidad, un ejemplo de cómo cuidar al cliente.

Las mamás tienen mucho cuidado con sus hijos sobre todo cuando son bebes y dependen de ellas, trata a tus clientes nuevos con ese cuidado y presérvalos.

Desde el momento en que una mujer se entera de que está embarazada, normalmente tiende a tener  mucho cuidado por la nueva vida que se está gestando en su vientre. Es común que mujeres que durante años llevan pensando en dejar de fumar, al enterarse de que están embarazadas lo dejan de hacer. Empiezan a cuidar la forma en que se alimentan, cambian sus hábitos, en fin muchas mujeres responsables,  una vez que saben que serán mamás empiezan a cuidar de sus hijos aun antes de que nazcan.

Una vez que la mujer da a luz, empieza a cuidar a su bebe. En principio  la dependencia del bebe es total, hay que alimentarlo, limpiarlo y sobre todo irlo enseñando. Todo esto es más fácil si hay mucho amor que ayude a que las largas jornadas parezcan fáciles ya que el proyecto que la mamá tiene en sus manos es muy importante. Conforme avanza el tiempo él bebe va aprendiendo a valerse por sí  mismo en lo más elemental y el haberle enseñado correctamente ayuda a que vaya siendo independiente con el paso del tiempo.

Así como te educaron de niño que hubo tiempo de calidad, haz lo mismo con tus clientes, apóyalos, convéncelos y traza con ellas la ruta para crecer juntos.

Una vez que él bebe es un niño,  se le van a enseñar cosas más complejas, pero ya tendrá las bases para entenderlas. Ya no estará tanto tiempo con su mamá ya que la escuela, sus actividades y amigos van a ocupar parte importante de su tiempo, pero la presencia de la mamá le ayudará crecer de mejor manera, en este punto lo que se busca es que tenga las herramientas básicas para enfrentar la vida y  la concepción clara de lo bueno y lo malo.  Posteriormente el niño se vuelve joven, habrá rebeldía pero la madre estará alrededor del  muchacho para apoyarlo cuando lo necesite, guiarlo y finalmente permitir que se convierta en un adulto responsable.

Cuando uno obtiene un nuevo cliente hay que entender que no hay lazos fuertes que lo unan con  nuestro producto y empresa,  hay que cuidar la relación, paso a paso darle la confianza de que está tomando la decisión correcta y tener mucha comunicación para ver que esté satisfecho en cada paso del proceso y que  las cosas fluyan de la manera que el cliente considera que son las mejores. Cuando tenemos un nuevo cliente hay que darle tiempo de calidad para que vea como son los procesos y determinar si los mismos son adecuados para ellos. La cercanía permitirá que cualquier  mal entendido se resuelva de inmediato y se empiecen a establecer lazos de confianza. Una vez que se hace un nuevo pedido por parte del cliente, podemos entender que hemos pasado el proceso de prueba  y estamos en el camino de convertirnos en un  proveedor recurrente. Aquí es donde  debemos entender que  hay que estar cuidando que las cosas salgan como la primera vez, que  no haya sorpresas y revisar de manera constante que nuestro cliente este satisfecho.

Una vez que el cliente se vuelve un comprador recurrente, podemos decir que la relación ha madurado, esta es la parte más difícil del proceso de venta, ya que nos podemos confiar de que ya contamos con ese cliente y dejar de lado las visitas y la comunicación que estableció la relación en un principio, lo que puede propiciar que lo perdamos si no estamos al pendiente, si bien no se requiere el mismo tiempo que al principio de la relación, hay que  buscar resolver cualquier duda o queja de manera inmediata y ver que los procesos  fluyan de manera correcta, con el paso del tiempo es probable que se tenga algún problema, pero la manera como actuemos como empresa y lo resolvamos será lo que determinará que nuestro cliente se mantenga en el largo plazo o decida buscar una nueva opción.

Los clientes tienen un ciclo de vida dentro de nuestra empresa, que se va a alargar con base en que nuestro producto mantenga la calidad e innovación que no lo haga obsoleto y  el servicio  de venta y post venta que les demos sea de calidad. Al principio un nuevo cliente, sobre todo si es grande, requiere de mucho tiempo y atención, conforme se afiance la relación las reuniones son más cortas pero los problemas más específicos, como una madre cuida a su hijo, cuida a cada uno de tus clientes para que crezcan correctamente con el tiempo.

Obtener un cliente, no es tan importante como preservarlo en el tiempo,  no los dejes solos en el camino, acércate y lucha por ellos para conservarlos.