Aprende de los niños, insiste hasta obtener lo que quieres.

12 Vistas
01 May 2016

Puede parecer que el mercado está deprimido, o que tu producto no se vende igual que antes, pero si no dejas de insistir, lograrás tus metas.

En el camino de las ventas, en el cual llevo formalmente desde hace 34 años pero estoy seguro que lo inicié desde que nací, la lección más grande de cómo vender me la dio mi hija mayor. La anécdota que voy a contar sucedió cuando  vivíamos en Estados Unidos, mi hija menor estaba en un equipo de porras y habían logrado su pase a la competencia nacional que se llevaría a cabo en Florida. En Estados Unidos tienen la cultura de buscar que los niños no sólo se comprometan en el deporte que seleccionan, sino también que si logran una meta y esa conlleva un gasto, los impulsan a que apoyen a juntar recursos para poder solventar parte del costo del viaje. Con base en ello, le entregaron a mi hija una caja de chocolates que tenía que vender en 2 dólares cada uno y cuya utilidad se iría al fondo para el pago del viaje. Cuando mi hija llegó a la casa era una tragedia, por supuesto quería ir de viaje, pero  no tenía nada de ganas de vender los chocolates, pero era una obligación del equipo y desde el primer momento yo deje muy claro que no compraría la caja completa para cubrir el requisito. En eso estábamos cuando llegó mi hija mayor que estaba en otra escuela y se enteró del problema. Tomó la caja de chocolates en una mano, a su hermana con la otra y  se fueron. Cerca de una hora después regresó sin chocolates y con billetes, monedas y cheques que eran el fruto de la venta de los chocolates. Los habían vendido todos en  1 hora y yo le pregunté ¿qué hicieron?, me contestó, tocamos en la puerta de cada vecino hasta que los vendimos todos.

niño interior

La respuesta es obvia, insistieron con cada uno de los vecinos que estaban en casa hasta que lograron vender cada uno de los  chocolates que les habían entregado, para mi hija mayor era un juego y un reto, tenía que demostrarle a su hermana que no era ningún problema vender los chocolates y por otro lado ella sabía que era capaz de venderlos, no tenía dudas, si alguien no estaba en casa o bien no quería los chocolates, sabía que había muchas otras puertas por tocar hasta lograr el cometido,  si él que abría no tenía cambio, aceptaba cheques, si sólo tenía monedas, no había problema, esa lección nos sirvió a todos como familia.

Cuando tienes clara tu meta, no importan los obstáculos, es natural que no todos te van a comprar, pero si sigues insistiendo lograrás la ventas que requieres.

Los niños consideran que ellos pueden obtener lo que desean con sólo pedirlo, cuando un niño quiere algo va a luchar por ello hasta el final, probablemente no le compren sus padres todo lo que el niño desea, pero él niño lo hará notar por el tamaño de berrinche que va a hacer hasta que se lo lleven del lugar y  la siguiente vez que vuelva a estar cerca de eso que desea, va a volver a intentarlo y si sus padres lo pueden comprar es muy probable que el niño lo obtenga, no importa las veces que tenga que insistir.

Pero con el paso del tiempo algo pasa que nos vamos volviendo penosos o poco a poco nuestros padres y el resto del mundo nos van mostrando que no podemos obtener todo lo que deseamos y desafortunadamente nos aprendemos la lección y vamos  conformándonos con las migajas de lo que fueron nuestros sueños, consideramos que las grandes cosas están dedicadas para un puñado de seres humanos privilegiados y por supuesto no nos incluimos en ese grupo. Ese mundo infinito que creamos de niños, en la adolescencia  o en la madurez lo convertimos en una realidad limitada y nos hacemos encajar en esa caja, en esa creencia de que no somos capaces o merecedores de todo lo bueno que hay y poco a poco matamos nuestros sueños, limitamos nuestras expectativas y nos conformamos con la medianía,  el dejar ir el niño interior nos mata nuestros más grandes sueños y nos limita a lo que el resto del mundo dicta como nuestra meta a conseguir.

Te invito a revivir el niño interior que sigue viviendo en cada uno de nosotros y que te recuerdes que eres digno de obtener lo mejor de la vida, que no permitas que tus propios pensamientos te limiten. Te invito a revivir el niño interior que sigue viviendo en cada uno de nosotros y que te recuerdes que puedes obtener todo lo bueno que te mereces. No es fácil, tienes que luchar contra todas las creencias que te has ido formando, vencer tus propios demonios y dejarte en claro que eres capaz. Sal, lucha por aquello que te pertenece, obtén el lugar en la vida que consideras es el tuyo, elimina los pensamientos de limitación, en el mundo hay suficiente para cada ser humano, reclama lo tuyo e impulsa al que ésta a tu lado, comparte tu visión y muéstrate a ti y al mundo que eres digno de obtener lo que deseas, como cuando eras un niño, es tan difícil y tan sencillo como eso.

Reclama al mundo lo que es tuyo, no te detengas por tus propias creencias, saca al niño interior y obtén lo que deseas, te lo mereces.