Apuesta a tu talento no a la suerte.

Muchas personas viven esperando tener un golpe de suerte, la mejor manera de garantizar buena fortuna es explotando al máximo nuestro talento.

Soy un convencido de que cada uno de nosotros nacemos con un don específico, hay personas que tienen el don para jugar en excelencia determinado deporte, por ejemplo si es un futbolista, desde que es pequeño y uno mira la destreza con la que se desplazan con la bola, la exactitud con que mandan un pase a un compañero y la fuerza y precisión con la que pueden chutar un balón podemos claramente ver que es un individuo dotado para ese deporte.

Hay personas que nacieron con una facilidad de palabra muy clara, que transmiten con serenidad sus puntos de vista ante muchas personas, que son capaces de  debatir de manera inteligente con terceros, que  logran convencer  a los demás con la fortaleza de su discurso y la claridad de sus ideas. Por supuesto que ante los 2 ejemplos anteriores hay muchas otras personas que no nacieron con el don de jugar soccer o  de hablar en público pero que se han determinado a hacerlo y con base en entrenamiento, esfuerzo y dedicación logran hacerlo.

Analiza aquello para lo que tienes facilidad, siempre será más sencillo ser exitoso en aquello en lo que uno esta dotado de manera natural.

Hay personas que consideran que el éxito es cosa de suerte, no entienden que detrás de cada persona exitosa hay una cantidad de horas de trabajo muy importante, simplemente están convencidos que para ser exitoso uno debe de haber estudiado hasta cierto grado (el cual no tienen) que se requieren conexiones en el mundo de los negocios (de las cuales carecen) que hace falta tener dinero (que no lo tienen) y una larga lista de etcéteras. El punto es que la razón por la cual no tienen éxito siempre es de algo más pero no de ellos, así es muy fácil echarle la culpa a la falta de fortuna que no les vaya bien.

En una ocasión tuve la oportunidad de escuchar dar una plática al dueño de la cadena de pollerías el pollo feliz, él es un empresario Chihuahuense que nació en la Sierra de Chihuahua, nos va platicando todas las carencias que tuvo de niño, pero que nunca pudo darse cuenta de que era pobre, porque todos los que estaban en la misma zona tenían las mismas carencias, por lo que para él era normal. Posteriormente va contando la historia de cómo hizo su negocio, pero lo que se me quedó grabado fue la siguiente frase: “Yo no soy responsable de donde nazco, pero si soy responsable de donde termino”.

La historia anterior nos muestra la diferencia entre decir nací pobre, así moriré porque todos en el pueblo somos pobres y echarle la culpa a la suerte. Lo que él decidió es que era el capitán de ese barco que es su vida, si bien le costo mucho más trabajo que a otros la decisión de salir adelante y  lograr salir de la pobreza fue superior a los pretextos baratos por los cuales no podría ni debería triunfar. Su talento como empresario lo convirtió en el dueño de una gran cadena de pollerías a nivel nacional.

Decídete a encontrar tu talento, desarrollarlo, luchar por ser el mejor en aquello que decidas emprender y triunfar. No dejes a la suerte tu futuro.