Ganar

Cuando somos pequeños tenemos plena confianza en nosotros mismos, no estamos pensando en el que dirán, en qué estarán pensando los demás, simplemente hacemos lo que nos gusta, lo hacemos con amor y lo mejor que podemos y nos encontramos satisfechos por lo que hemos realizado. Pero conforme vamos creciendo nos empiezan  a cuestionar lo que hacemos, nos hacen notar los errores y eso puede hacer que algunas personas vayan perdiendo la seguridad en si mismos, ocasionando que haya desconfianza y al competir ya no tienen la seguridad que solían tener,  de esa forma un componente mental afecta el desempeño que se pueda tener.

Cuando entramos a trabajar seguiremos compitiendo, en principio por obtener un puesto para poder laborar. Hay quienes lucharán por obtener el puesto por el que han soñado en la empresa donde siempre han querido trabajar y otros tomarán lo que haya en el mercado. Ya en el trabajo vamos a competir para ir subiendo de nivel y por supuesto estaremos compitiendo con otras empresas y nuestra labor es ayudar a nuestra compañía a ganar. Pocas personas logran entender que uno está jugando dos roles en todo momento cuando está en una competencia uno es un competidor pero también es un colega, en la medida en que sepamos separar estas dos acciones, reconocer en que momento debemos competir y en que momento hay que trabajar en conjunto con el resto en beneficio mutuo siendo colegas lograras mejores resultados.

Pero no hay nada como ganar, ese sentimiento de que has logrado tu cometido. Por supuesto ganar cuando eres ampliamente superior no es tan gratificante como cuando ganas sabiendo que no contabas con una superioridad pero el trabajo que has realizado la estrategia que llevaste a cabo y el trabajo del equipo logra que el resultado supere las expectativas que se tenían.

Ganar, sobre todo cuando no eres el competidor dominante te deja una satisfacción muy gratificante, porque has perdido muchas, pero te mantienes compitiendo para saborear el triunfo.

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